Los perfumes, tienen la capacidad de cambiar un ánimo decaído, de alegrar un día oscuro y de traer gratos recuerdos.
Los perfumes, hablan tanto de ti: de tus gustos y de quién eres. Es más, podemos decir que en cierta forma, te definen. Alguna vez has escuchado esta frase: “Wow, ¡qué perfume tan delicioso! Me recuerda a…”.
Y muchas veces, aunque tú dejes de sentirlos, los que te rodean lo siguen percibiendo. ¿A quién no le gustan los perfumes? Si nos hacen sentir especial…
El detalle de esto, es que así como hay perfumes gratos para ti y para quienes están contigo, así mismo hay perfumes que marean y no gustan, llevando a la gente que está cerca de ti a rechazar ese olor. Estoy segura que así como nosotros somos selectivos con las fragancias que decidimos tener en nuestro entorno, así mismo Dios tiene perfumes favoritos…
Es cierto, todos somos hijos de Dios. Es cierto, Dios nos ama. Es cierto, Dios no tiene favoritos. Es cierto, Dios no prefiere a unos y rechaza a otros. No me cabe la menor duda que tenemos un Dios que nos ama incondicionalmente, ¡Él nos creó! Sin embargo, debes entender que hay personas que a Él le encanta tener cerca. Hay personas que a Él le encanta contemplar. Observar. Escudriñar.
Hay gente que para Dios es un deleite examinar sus vidas y sus pensamientos. Que sus pasos y sus caminos son tan limpios y su corazón es tan genuino y puro que a Él le encanta detenerse, contemplarlos y sonreír… Con este tipo de gente, el Señor respira tan profundo… Para extraer el máximo provecho a esta fragancia. Definitivamente, hay perfumes que Él prefiere aplicarse constantemente. Perfumes demasiado especiales.
Saúl. Un hombre con un llamado gigante del cielo, creado para grandezas, con un potencial inexplicable. Además, muy bien parecido. Fue ungido como el primer Rey de la nación del corazón de Dios: Israel. Este hombre no tenía nada que envidiar a otros, todo lo tenía. Y dice la Biblia que al ungirlo el profeta Samuel, Dios mudó su corazón (1 Samuel 10:9). Ahora, tenía un grato perfume para presentarle cada día a Dios, Saúl tenía un nuevo corazón.
No obstante, sus decisiones diarias, esas pequeñas fisuras en el corazón de desobediencia, que no trató a tiempo, lo contaminaron, a tal punto de convertirse en un perfume desagradable a Dios. La comparación, la envidia, los celos y las contiendas, lo terminaron destruyendo. Pequeñas fisuras en el corazón.
La pregunta es, ¿cuáles son las pequeñas fisuras en tu corazón que dañan tu perfume?
Orando de madrugada al Señor, solo podía decirle: “¡Mi Señor! Quiero ser tu perfume preferido. No perfecta. Pero sí agradable para ti. Que para ti sea muy agradable estar cerca de mí. Estar en mí. Que mis ojos den gloria a tu nombre. Que mis oídos te alaben. Que mis labios sean dulces para ti. Quiero ser tu perfume preferido. Ese que te enorgullece y que muestras a todos”.
Y aquí no quiero decir que debes ser perfecto(a). Una cosa es perfección, otra cosa es integridad. Mientras estemos en este cuerpo, será imposible alcanzar tal nivel de perfección. No obstante, por medio del sacrificio de Jesús, hemos sido llamados justos. Él es nuestra vía legal para llegar al Padre. Y si por Jesús, ya fuimos perdonados, ahora debemos caminar y llevar una vida justa y digna delante de Dios. Una vida lejos de la perfección humana, pero cerca de la justicia de Dios en Cristo Jesús.
Nuestro corazón debe ser pronto en reconocer las pequeñas fisuras que pueden dañar nuestro perfume. Y llevar cada día este perfume a la Presencia de Dios, para presentarnos tal y como somos delante de un Dios perfecto que se fortalece y saca lo mejor de nuestras debilidades.
Por mi parte, no me cansaré de decirlo: Señor, quiero ser tu perfume preferido…
Recuerda: no se trata de cuánto te esfuerces tú por que sea el mejor perfume… Se trata de que hace más de 2000 años alguien pagó por ese perfume, el mejor. Y ahora, tu único deber es cuidarlo.
Shirley dice:
Es muy linda palabra que edifica mi vida…
Vicky Restrepo dice:
Hermosa reflexión Alejandra, y es muy cierto muchos perfumes son agradables y atraen como hay otros que nos irritan y preferimos tenerlos lejos…Así mismo es el señor, algo tan sencillo y que muchas veces no tenemos en cuenta…Pero muchas gracias por recordarnolos…Bendiciones!!!
Daniela Agudelo dice:
Wow, Ale ¡Gracias por compartir ese mensaje! Un día escuche decir a la pastora por youtube, que cuando predicas lo que no vives estás simplemente transmitiendo información, pero, cuando predicas lo que estás viviendo estás transmitiendo ¡REVELACIÓN DE DIOS! Y en cada uno de las publicaciones que compartes definitivamente son una revelación para nosotras, Dios nos muestra esas cosas grandes y ocultas que no conocíamos, nos instruye, capacita, nos recuerda que nos ama con amor eterno. ¡Gracias mi Ale! De nuevo bendigo tu vida. ¡Tus discípulas te amamos! 💗.