¡No me ignores!

Por alejandra el diciembre 6, 2016 - Regresar

Me pregunto cuántos errores hubiera podido evitar…

Quizás hubiera evitado lágrimas…

O las terribles consecuencias de tomar la decisión incorrecta…

Sí. Solo me pregunto.

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón”. (Salmos 95:7-8).

Su voz es clara y firme, imposible de confundir. En todo este tiempo caminando con Cristo, he aprendido que el Espíritu Santo no da sugerencias o recomendaciones sino instrucciones. 

Constantemente el Espíritu Santo te habla. Si tienes una relación con Él, es imposible confundir o refutar Su voz. Él es dulce, apacible y tierno, pero a la vez radical, contundente y con autoridad. Escucharlo hace que por un momento el mundo se detenga a tu alrededor y debas atenderle. 

Él te podrá hablar a través de tus autoridades, profetas o Su Palabra. Sin embargo, la forma más común en que lo hará es a tu espíritu. Sí. Esa voz que sientes dentro de ti que en ocasiones trae paz y tranquilidad, o que te incomoda frente a ciertas circunstancias, es el Espíritu Santo de Dios.

Al escucharlo, no debes pensar si es un simple consejo o sugerencia del Señor frente a determinada situación. Entiende que cuando Él habla, te está diciendo las respuestas para que ganes el examen de la vida.

El Espíritu Santo es quien te creó. Él conoce el rumbo que tu vida debe tomar, pues fue quien escribió y decretó tu propósito. Por eso, una de Sus funciones principales, es decirte lo que debes hacer en todo tiempo. Una persona que escucha y atiende Su voz, está destinada a no equivocarse. 

El problema es que muchas veces somos tercos. Mis más grandes errores han sido por omitir Su voz, como también en las cosas más pequeñas e “insignificantes” me habla. Salmos 95:7-8 en la TLA dice: “Si hoy escuchamos Su voz, no seamos tercos”. Y la terquedad no es más que una persona que se mantiene firme en su actitud y desecha la sabiduría.  

Ignorar su consejo es entristecer profundamente Su corazón, pues le estás demostrando que no confías en Él. ¿Cómo te sentirías si cuando le hablas a la persona que más amas, simplemente omite tu voz? 

No contristéis al Espíritu Santo de Dios”. (Efesios 4:30).

Escúchalo. Él te dirá cómo actuar en todo momento. Con tus padres, esposo(a), jefes, amigos e hijos. El Espíritu Santo es experto en relaciones exitosas.

Hay momentos donde necesitarás estar en un lugar tranquilo para escucharlo. Pero en ocasiones te hablará en clase, en tu trabajo o en el mall haciendo compras, tal como un amigo lo hace. Solo debes afinar tu oído a Su voz.

 “Más el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal”. Proverbios 1:33.

El fundamento para una vida plena, abundante y exitosa es aprender a distinguir, escuchar y obedecer la voz del Espíritu Santo. 


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