“Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra”. (1 Reyes 2:19).
Se levantó. Se inclinó.
El rey. Ante su mamá.
Su mamá.
Todos exaltan la sabiduría de Salomón, sus riquezas, su poder, sus logros, sus triunfos, su intelecto, sus habilidades. Lo estudian, lo examinan, lo analizan. Reconocen el gran templo que construyó. Reconocen su capacidad para resolver problemas. Reconocen su don para hacer riquezas.
Pero… Pocos reconocen su honra.
Parece que al estudiar su historia desde 1 Reyes, todos se saltan los dos primeros capítulos y se enfocan desde el 3ro cuando pide sabiduría. Sin embargo, debo decirte que encontrarás el secreto de su éxito escondido en el capítulo 2.
Antes de morir el rey David (su padre) le dio instrucciones de cómo gobernar, de qué hacer y con quién relacionarse. Sobre todo le dijo: “Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, (…) para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas” (2 Reyes 2:3). Este joven detectó algo que muy pocos descubren: la honra a los padres.
Necesitaba escribir de esto. Mi corazón se desmorona al ver relaciones de padres e hijos rotas. Hijos que menosprecian e irrespetan las palabras de sus papás. Hijos que se burlan de la instrucción. O hijos que quizás no han entendido que los únicos capaces de impulsarlos a una vida larga y plena son sus padres.
Humanamente no sé cómo explicarte lo que en tus papás está escondido. Dentro de ellos está la llave que abrir las puertas que Dios ha preparado para ti. En nadie más. Solo en ellos. Parece ilógico, pero así es. ¡Por favor, por favor! ¡Atiende el llamado de tus padres! ¡Ese es el clamor del Señor!
Una de las cosas que más amo hacer es hablar con mis papás. No sabes cuánto atesoro y guardo sus palabras. Cada vez que abren sus bocas tomo una pausa y escucho atentamente lo que dicen, porque sé que son palabras que vienen directamente del corazón de Dios.
Hay lágrimas en mis ojos mientras escribo este post. Hijo: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué no valoras a tus papás? ¡Ellos son un regalo de Dios para ti! ¡Cuán hermoso es mi Señor que te dio el secreto del éxito de antemano! Deuteronomio 5:16 dice: “Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así les irá bien, y podrán vivir muchos años (…)”. ¿Lo ves? ¿Quieres que te vaya bien? ¡ H Ó N R A L O S !
La deshonra y la desobediencia destruyen y deterioran tu vida. Acortan tus días. Inexplicablemente todo sale mal. Todo.
Todos creen que la sabiduría de Salomón fue concedida cuando la pidió. No, mi querido amigo(a), te equivocas. Inició con su honra. Verás que en el capítulo 2 de 1 Reyes él escucha atentamente a su padre. Y posterior a esto, la Biblia describe una costumbre que él solía tener: inclinarse cuando veía a sus padres. Cuando su mamá llegaba, él se inclinaba, ¡el rey se inclinaba! Eso podría ser humillación para unos. Solo imagina ese momento. Estaba en su trono junto a todos sus súbditos, de repente entraba su madre y sin pensarlo se inclinaba ante ella. Él sabía que alguien importante había llegado. Alguien superior a él. Superior al rey. Su mamá. Después de estos actos, puedes ver cómo su reinado se empieza a expandir.
Si vas a Proverbios, su libro, encontrarás que lo primero que hace es honrar a sus papás al escribir: “Oye hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre” (Proverbios 1:8). Fue su primer consejo. Él lo sabía. Sabía que si querías alcanzar éxito debías atesorar estas dos cosas: la instrucción y la dirección; o más bien, a estas dos personas: papá y mamá.
No importa qué tan alto llegues, siempre serán tus padres. No importa qué hayan hecho, siempre serán tus padres. No importa. Ellos son tu regalo, tu mejor regalo.
Y no puedo terminar este post sin reconocer a mis papás. No sabían que escribiría de ustedes, pero públicamente les debo decir: gracias. Sé que no he sido perfecta. Sin embargo, ustedes saben cuánto los amo. Y se los he dicho: Si el diseño de Dios era que los padres fueran una imagen de Él aquí en la tierra, ustedes lo han hecho a la perfección. Le pido a Dios que me permita honrarles de todas las formas sea posible.
Sus palabras han sido refrigerio en los momentos más difíciles.
Sus consejos me han señalado el camino correcto.
Su amor me abraza cada día.
Su vida me inspira a amar más a Dios
Gracias por cumplir cada anhelo de mi corazón. Gracias por cuidarme como princesa. Gracias por trabajar cada día para darme lo mejor.
No hay otros como ustedes. Son únicos. Son padres excepcionales.
Y este post es solo para ustedes: mis papás.
Alexis Ramirez dice:
Mi cielo…en verdad quedo sin palabras….una vez mas te los digo….SOY EL PAPA’ MAS FELIZ DEL MUNDO….Te amo a montones…
alejandraramirezm dice:
Te amo papi!
Alberto Muñoz Saladen dice:
YO el abuelo mas realizado del planeta. Cada viernes tus post son un refresco de esperanza y amor para mi vida. Dios te guarde princesita amada.
alejandraramirezm dice:
Gracias Abe, por tu apoyo y amor. Te amo mucho
Rochy Pretelt dice:
Que hermoso!! Gracias Alejandra! Que bendicion que personas de todas las edades podamos leer esto. Que lindo lo que Dios esta haciendo a traves de ti. Un abrazo!
alejandraramirezm dice:
¡Qué bendición! Me alegra mucho leer esto. Un abrazo.