782 kilómetros recorridos en avión… Solo para dedicarme un amanecer.
Sí, así es él. Grandioso. Y no se mide de nada para llamar mi atención.
Tenía que realizar una entrevista fuera de la ciudad. Así que como de costumbre, cogí el primer vuelo a las 6:00 de la mañana. Al estar en el avión, abrí de inmediato mi computador para empezar a trabajar. Sin embargo, el Espíritu Santo me llevó a asomarme por la ventanilla y ver el sol salir entre las nubles y el mar. Fue el amanecer más hermoso que he visto. Sencillamente, fue contemplar la grandeza y majestuosidad de mi Señor.
Lo que vi esa mañana es imposible de olvidar. Estando allí, sentada, con mis audífonos y una alabanza en ellos, el Señor me dijo: “Deja que cambie tu agenda. Te traje aquí para mostrarte y dedicarte este amanecer. A decirte que te amo. Que eres mi deleite. Que cuido de ti, sin cesar, de noche y de día. Que me cautiva cada vez que te escucho llamarme y pedirme ayuda. Amo bendecirte, amo estar cerca de ti. Amo verte dormir en las noches. Tengo toda tu vida escrita en mi libro. Sé que el 2017 no fue fácil, el enemigo quiso zarandearte pero mi Espíritu rogó por ti en todo tiempo. Por eso, hoy te confirmo que he decidido bendecirte. He decidido hacer público lo que haré contigo. Tú me provocas bendecirte. Tu enfoque, tu fe y tu amor por mí, me cautiva. Quiero bendecirte. Este es tu año: ¡2018!”.
Casi con lágrimas en mis ojos, difícil de contenerlas, me dejé cautivar por mi amado Señor. Entendí que la excusa para conquistarme y dedicarme este amanecer, era la entrevista que realizaría. Como si fuera poco, al llegar a mi lugar de destino, mientras iba en el carro, iba sonando una canción que describía la forma en que Dios llegó en el momento perfecto a mi vida para amarme y saciar todo mi interior. Sin duda, esto me enamoró aún más.
Todo el viaje fue como una cita entre Él y yo. Entendí que tú no puedes estar tan ocupado como para no escuchar a Dios. Ni tan ocupado como para no disfrutar el viaje. Hay momentos en que debes detenerte y cambiar tu agenta para atender su voz y contemplar su creación. Constantemente su deseo es conquistarte.
Estando allí, cerca de las nubes, más cerquita del cielo, fue la oportunidad perfecta del Señor para llamar mi atención y decirme cuánto me ama. ¡Oh! Cuánto amo escuchar su voz y saber que está cerca de mí… Aún mientras escribo estas líneas. Él es mi gran amor. Mi único amor.
Disfruta este día junto a Él. Cuando estás enamorado, es difícil dejar de contemplar a esa persona. Todo te cautiva: su sonrisa, su mirada… Amas escucharlo, ¡y te encanta estar cerca de él! Así desea celosamente el Espíritu Santo ser para ti.
No importa qué pasó, si te hirieron, te equivocaste o entraste en una relación que no era la voluntad de Dios. ¡Vuelve a creer! ¡Vuelve a confiar! Permite que Dios sane tu corazón.
Deja que Dios te conquiste. Confía en Él tu corazón y no serás desfraudado(a).
Yo creo en el amor porque creo en Dios.
”El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará” (1 Corintios 13:4-8).
El amor es Dios.
Keila Diaz dice:
Tú, definitivamente la mejor! Dios te ama y me muestra su amor a través de tí ❤
Candelaria Ruiz dice:
Que bonito
Mirian Díaz dice:
Me encantó 💕