Del peor tiempo, al mejor tiempo

Por alejandra el diciembre 16, 2017 - Regresar

El desorden que vi esa mañana en mi cuarto y mis ojos hinchados de tanto llorar, fue la gota que rebosó la copa. Fue el detonante. Esto evidenciaba cómo estaba mi interior: destrozado.

Esta época de desierto en mi vida, no te puedo decir que fue enviada por Dios, porque mentiría. Al contrario, ya estaba advertida. Fui yo quien la buscó. Y realmente, fue uno de los tiempos más difíciles de mi vida. Aún, había decidido desobedecer el consejo e instrucción de mis papás.

Un desierto, amigo(a), es una temporada de total sequía, lo más probable es que durante este tiempo sientas que Dios es lejano a ti. Te sientes vacío, hueco, sin sentido de vida. No ves salida, te estás ahogando y no sabes cómo salir, realmente, parece el peor tiempo de tu vida.

Sí, así estaba. O por lo menos, así me sentía. Solo algo retumbaba en mi cabeza: ¡Sálvame, Señor! ¿Cómo salgo de aquí?

Para mi sorpresa, Dios no tardó en responder a este clamor. (Amo tanto su forma de rescatarme a pesar de mis errores. Siempre llega justo a tiempo).

¿Por qué pasamos por el desierto si Él siempre nos guía a lo correcto? Bien dicho, el Espíritu Santo siempre nos guía a lo correcto. No obstante, tu desobediencia, tu rebeldía y tu falta de escucha al consejo, te llevan al desierto. Mi desierto fue buscado. El desierto de Jonás fue buscado. ¿Tú crees que Dios quería que un pez gigante se lo tragara? ¿Crees que Dios quería que pasara hambre? ¿Sin tener un lugar para dormir? ¡Por favor! Jonás podía decir que era el peor tiempo de su vida, podía juzgar a Dios, sin embargo, este no era el plan de Dios para él. Él decidió. Yo decidí. Pero tranquilo, Dios siempre te muestra la salida de emergencia a cada dificultad.

El propósito del desierto es desenfocarte de tu visión y matar los sueños de Dios en ti. Recuerdo que uno de los días más difíciles para mí, llamé a Victoria, una de mis mejores amigas, le conté lo que pasaba y ella me dijo: “amiga, ¿cómo te sientes?”. Le doy tantas gracias a Dios por poner una amiga en mi vida que fuera refugio, fortaleza y soporte en el desierto. Ella siempre tenía una palabra de Dios, una palabra de ánimo y sobre todo, una palabra de verdad. Nunca me dijo lo que quería escuchar. Al contrario, fue sincera y honesta, mostrándome el panorama de la situación, porque la visión de uno se nubla en este tiempo. Por eso, estoy segura que Dios pondrá personas en tu vida para ayudarte a pasar del peor tiempo, al mejor tiempo.

Una noche, me sentía pisoteada por el enemigo. Recuerdo que me dormí como a las 3:30am, sin parar de llorar, y tenía que levantarme a las 5:30am al siguiente día para ir a trabajar. Al levantarme, el desorden que vi esa mañana en mi cuarto y mis ojos hinchados de tanto llorar, fue la gota que rebosó la copa. Fue el detonante. Esto evidenciaba cómo estaba mi interior: destrozado.
Mi abuela, llegó temprano a mi casa ese día y como ella sabía qué pasaba, me dijo: “Alejandra, mira tu corcho de sueños. Mira la hoja en blanco que tienes colgada. El Señor te dio un nuevo comienzo”. Al levantar mi mirada y ver esta hoja que hace tiempo había añadido a mi corcho, Dios me recordó que cada día hay nueva esperanza. Dios está dispuesto a empezar de cero contigo, cada mañana.

A partir de allí, fue un giro de 180 grados. Tomé la decisión de salir del desierto y extenderme a la plena vida que Dios destinó para mí. Así fue.

Lo primero que debes hacer para salir del desierto es enfrentarlo. Deja de evadir lo que te causa dolor y si es necesario, llora. Aprende a discernir el propósito del dolor, esta es la clave para la promoción. Lo segundo, es tomar la decisión de avanzar, aunque cueste y no sea fácil. Y por último, levantarte para mayor gloria.

Desde ese día, mi vida ha sido de gloria, incremento y victorias.

Dios fue muy claro con Victoria y conmigo de hablar de lo que Él hizo en nuestras vidas, y de cómo pasamos del peor tiempo, al mejor tiempo. Ambas pasamos por situaciones similares y fuimos fortaleza para la otra en los momentos más difíciles. Por esta razón, queremos decirte que hay esperanza. Que eres único(a) y que Dios tiene grandes planes contigo.

Si ves todo perdido, no te des por vencido. Deja de llorar, sacúdete y levántate. ¡Vuelve a soñar! ¡Extiéndete a tu mejor tiempo!


  1. Thalia Cabrera dice:

    Hola Ale.
    Me encantó el vídeo y me identifique mucho con el, ya que estaba pasando por un desierto en mi vida y como ustedes dicen yo también sentí que algo se rompió en el momento en que tomé la decisión de levantarme con la ayuda de Dios.
    Bendiciones para ambas, son un canal de bendición para muchas personas.

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