¡Rehúsate a vivir en amargura!

Que las lágrimas de situaciones del pasado, no nublen tu visión para lo que está por venir.

En Marcos 14: 43 – 50 vemos uno de los sucesos más debastadores que todo ser humano puede experimentar.

No hay nada que hiera más que la traición y la infidelidad. Pero aún más, de alguien que amas. Judas traicionó a Jesús con un beso. Alguien que había caminado con Él, que lo había visto hacer grandes maravillas, que estaba en su círculo más íntimo de amigos, ahora lo entregaba hasta la muerte.

Mike Murdock dijo en “Los Secretos del Liderazgo de Jesús” que “la deslealtad es producto de un corazón desagradecido. Y la traición es generalmente hija de los celos”. Contra la gracia y el favor de Dios no se puede luchar. Estas cosas son difíciles de entender. Y duelen, profundamente. Pero hay algo que tú puedes hacer.

Jesús rechazó llenarse de amargura cuando fueron desleales con Él. Él no castigó a Judas. Tampoco rechazó a Pedro cuando lo negó. Ambos tomaron diferentes decisiones: Pedro, se arrepintió. Y Judas, acabó con su vida. Tú no puedes determinar la reacción de otros hacia ti, pero sí puedes escoger tu reacción ante cualquier herida que han hecho a tu vida.

Nuestro Salvador sabía que había algo más importante que las heridas de la traición. Sé que tu corazón puede estar herdio por personas o situaciones que te lastimaron, pero hoy te quiero decir: ¡Rehúsate a vivir atado al pasado! ¡Rehúsate a permitir que esas lágrimas nublen tu visión!

Jesús pudo quedarse en el lugar de su dolor. ¿O tú crees que Él no sentía? ¿Crees que su corazón no se partió en mil pedazos cuando una de las personas que más amaba lo traicionó con un beso? ¡Por supuesto! Pero Él sabía que horas más tarde, sería crucificado para dar una victoria para siempre a la humanidad. Él cambió su enfoque y pensó: “Debo continuar mi carrera. Vale más la salvación de millones de personas, que el dolor de una que me traicionó”.

En este mes tan precioso, como lo es Amor & Amistad, donde todos celebran con las personas que más aman, quiero animarte a secar tus lágrimas y ver lo que está delante de ti. Enfócate en quien permanece a tu lado y en las bendiciones que Dios te entrega a diario. Hay una persona que te ama profundamente y dio su vida por ti. Tu corazón, en sus manos, jamás saldría lastimado.

Si quieren saber el verdadero significado del amor y de la amistad, solo miren la cruz. Nada le importó más a nuestro Salvador que tú y que yo. ¡Gracias a Él hoy estamos aquí!

¡Feliz día, familia!