¿Preocupación y ansiedad?

Por alejandra el mayo 5, 2019 - Regresar

Ahora, cada vez que viene un pensamiento de temor a mi mente, recuerdo la sirena de policías.

 

Fue un día caótico. Estaba cargada. Así que mientras iba manejando intentaba guardar la calma, pero parecía que la preocupación y el día oscuro no me permitían creer y ver la luz.

 

Iba para una reunión y como siempre, cogí la vía más cercana. Para mi sorpresa, justo ese día había un gran trancón. Lo cual me frustró mucho más. En medio de pitos y gritos de la gente pidiendo a los carros andar más rápido, quedé estacionada por unos minutos. Unos largos y eternos minutos.

 

Sin embargo, no fue casualidad. Fue Dios. Él quería hablarme.

 

Estando en mi carro sin poder andar ni retroceder, rodeada de carros, empecé a escuchar una sirena de policías. De repente, vi que se acercaban patrullas, motos y escoltas. Por un momento me asusté. Pensé que algo estaba pasando. Pero luego vi algunas camionetas blindadas y entendí que alguien importante estaba allí.

 

No tardó mi precioso Espíritu Santo en hablar a mi vida y decirme: “Así está el cielo cuidándote a ti. Aunque no lo veas, Alejandra, en todo tiempo tengo ángeles que escoltan tu vida. La sirena celestial está 24/7 alertando por doquier que eres mi hija y que nada ni nadie puede tocarte. No te afanes ni te preocupes. Tu vida está en mis manos”.

 

Al escuchar su voz no pude evitar llorar. Lágrimas empezaron a caer de mi rostro y como nunca antes entendí, porque lo vi, que Dios cuida de mí.

 

Probablemente es una frase que ya has escuchado y que te repiten. Pero si analizas, muy pocos logran entender y comprender el infinito amor de Padre que Dios tiene por ti. Cuando decides vivir en esta realidad, tu vida empieza a cambiar. La agonía, la preocupación, la ansiedad, la incertidumbre se empiezan a ir y el gozo, la paz y la esperanza llegan a ti.

 

Hace un tiempo leí de una de mis autoras favoritas, Vanessa Gracia, que uno de los hábitos que debemos romper es la preocupación. Y por el contrario, debemos remplazarlo por la oración. ¿Te imaginas cómo sería nuestra vida si por cada pensamiento de temor o preocupación, eleváramos una oración al cielo de gratitud?

 

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (Filipenses 4:6).

 

¿Por qué se turba y se angustia tu corazón? ¡Ya basta de jugar a ser Dios! Hay cosas que no te corresponden a ti. ¡Le corresponden a Él! No has visto salida y solución a muchas circunstancias porque has decidido hacerlo en tus fuerzas. No has permitido que el poder sobrenatural de Dios obre en lo imposible.

 

Entrega hoy tus cargas al Señor. Recuerda que aunque el mundo prometa y no cumpla, la Palabra de Dios jamás falla. Sus Palabras, promesas y designios para ti permanecen para siempre (Números 23:19).

 

Ahora, cada vez que viene un pensamiento de temor a mi mente, recuerdo la sirena de policías.

 

¡Oh, Señor! Mi buen Dios está trabajando a mi favor. Hay ángeles y escoltas celestiales, custodiando mi vida y mi familia. ¡No estoy sola! Mi vida está en sus manos.

 

Hoy te animo a confiar en Dios…

 

Él cuida de ti.


  1. Yenifer meza dice:

    Maravillosas palabras mi ale me han hecho reflexionar debo romper ese mal hábito de la preocupación y alzar una oración por cada pensamiento de Temor

Comentarios

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